El proceso es auditado en el marco del Programa NEA de la organización Aves Argentinas. Se basa en asegurar la conservación de una superficie de selva en relación a las hectáreas en las que se produce yerba.

La yerba mate orgánica se llama Arapeguá y pertenece a una cooperativa La Abundancia de Puerto Rico, fue la primera iniciativa en sumarse. Cuyos yerbales están distribuidos en varias localidades, señaló el ingeniero forestal Juan Pablo Cinto, quien explicó que la certificación Aves Argentinas se otorga después de verificar el estado de los bosques nativos en aras de la biodiversidad.

 

Cinto expuso los criterios de verificación e indicó una serie de recomendaciones para generar consciencia. Un modo de cultivo y un producto que asegura la sustentabilidad ambiental.

 

Para ser considerado Amigo de la Aves, el cultivo debe asegurar la conservación de una superficie de selva en relación a sus hectáreas de yerba mate orgánica. Con esa garantía, la superficie es identificada, mapeada, relevada y monitoreada por Aves Argentinas, un Sello de Conservación.