Quienes reciben la vacuna reducen el riesgo de ser ingresados al sistema sanitario. En consecuencia, el personal de sanidad  no se encuentra sobre exigido. Colocarse la vacuna implica comprometerse en el cuidado de la salud propia y del otro.

Las vacunas han demostrado, a lo largo de la historia, que son las herramientas adecuadas para disminuir el impacto de diversas enfermedades. Luego de  los rigurosos estudios que formaron parte de las etapas de investigación, se ha llegado de a la conclusión que las vacunas son seguras. Como ciudadanos poseemos el derecho de recibirlas y de ese modo, se genera una baja sustancial de contagios.

En el caso específico del Covid-19, se han escuchado los nombres Sputnik V, Sinopharm, AstraZeneca, Moderna, Pfizer, etc.  Más allá de cuál sea el laboratorio encargado de producirlas, está demostrado que los niveles de eficacia salvan vidas.

Desde el inicio de la pandemia se ha apelado a la solidaridad y responsabilidad. La vacuna es el recurso que poseemos como sociedad para pensar un futuro sin pandemia. Sabemos que los ciudadanos misioneros son empáticos. Sigamos cuidándonos entre todos.